sábado, 13 de septiembre de 2008

REFLEXIÓN ACERCA DE UNA PROBLEMÁTICA ACTUAL A PARTIR DE LA LECTURA SOBRE EL PENSAMIENTO DE IVAN ILLICH

¿Por qué los niños muestran tan poco interés por la cultura de recreación infantil de antaño en nuestro país?

Yo recuerdo que la mayoría de las personas de mi generación infantil y más los de generaciones anteriores, tuvimos la oportunidad de jugar con juguetes hechos en nuestro país, o que, a pesar de no ser hechos en nuestro país, afortunadamente carecían de articulaciones, elementos eléctricos, y sustancias tóxicas que permitieran el detrimento de nuestra salud. Algunos de estos juguetes eran, de acuerdo a lo que mis remembranzas me permiten: yo – yos, trompos, canicas, boxeadores hechos con madera, el resorte o las muñecas en el caso de las niñas, “monos” en forma de luchadores, soldados, vaqueros o simplemente de acción, hechos de plástico, cierto, pero que no afectaban tanto nuestro estado físico o mental. Nuestra capacidad mental se desarrollaba más con los llamados “juegos de mesa”, que incluían desde la lotería hasta juegos un poco más sofisticados que consistían en adivinar palabras, simular compra y venta de países o propiedades y algunos otros más. También teníamos la libertad de salir a la calle y jugar con lodo, en charcos de agua, al famoso “capirucho”, o simplemente imaginábamos ser grandes jugadores de futbol, basquetbol, voleibol, o de cualquier deporte, no importaba si los días fueran soleados, nublados o lluviosos. Algunos más, como en mi caso, gozamos de actividades culturales que nos hicieron conocer la música, la literatura, etc. La televisión también jugó un papel algo importante en nuestra infancia, ya que esta contenía programas que podían hacernos imaginar con aventuras algo inverosímiles, pero que no nos llenaban los ojos de tanta violencia.

¿Por qué los niños de esta generación no prestan tanto interés a estos elementos recreativos? ¿Carecen de cierta capacidad de asombro? Respondiendo a la segunda pregunta, creo que la capacidad de asombro, dado el tiempo en el que vivimos, los adultos somos los únicos que carecemos de esta, los niños son los que la conservan, pero creo yo que estos, inconscientemente se la autolimitan. Expreso que es inconscientemente porque ellos no son los verdaderos culpables. Los verdaderos culpables son las empresas multinacionales que “gracias a la ayuda” de los distintos medios tecnológicos y de comunicación, saturan y enajenan a los niños con imágenes que promueven muñecos demasiado articulados, consolas de videojuegos que han llegado han llegado a suplantar su vida humana con vidas virtuales prediseñadas, y violencia en todos los ámbitos sociales, incluso en las mismas caricaturas. En esta parte es donde, entra la “degradación del medio ambiente”, ya que, si tomamos en cuenta que somos parte del medio ambiente o la naturaleza, es decir, toda la especie humana, el rubro infantil sufre una degradación en cuanto que atrofian sus mentes y su imaginación, y los limitan a mantenerse dentro de sus casas, sin la aparente necesidad de explorar el mundo. Aunado a esto, como ya es bien sabido por casi todo el mundo, las multinacionales, trasladan sus empresas a lugares insospechados, en los cuales nunca hacen un estudio de campo previo, para saber si pueden establecerse ahí de manera satisfactoria, de acuerdo a las condiciones ambientales, como ha pasado en nuestro país.

El monopolio radical, por obvias razones, afecta también para que los niños olviden la cultura de recreación de antaño, pues individuos de naciones poderosas, en complicidad con la hegemonía de poder reinante en nuestro país, imponen las reglas de vida que llevan en sus territorios y esto afecta porque hasta la forma de recreación cambia, segregando de manera radical a los productores de recreación cultural en nuestra nación y dejándolos sin una forma propia de sustentación vital, que, de manera análoga, da una visión casi nula de lo que es la recreación cultural en los niños.

Vivimos en un mundo tan acelerado, que nuestra rutina diaria la hacemos casi de manera mecánica, casi programada o sobreprogramada, pero ¿esto que tiene que ver con los niños? Tiene mucho que ver, ya que estamos tan acostumbrados a vivir así, como lo dicta la tan mentada “globalización”, que a ellos también se les acostumbra a andar así por la vida, ya que ellos también programan sus actividades como escuela y horas de recreación, pero casi siempre las horas de recreación parte de los monitores y la tecnología y esto los cansa demasiado.

La polarización y el monopolio radical van de la mano, ya que la polarización consiste en el acaparamiento de todas las derramas económicas y de producción en algún país, como en el nuestro, por parte de unos cuantos. Esto afecta a la poca visión de la recreación cultural de antaño que tienen los niños en sentido de que, los que ostentan la economía y la producción sólo promueven productos que les redituaran una remuneración bastante provechosa en lo monetario y enajenan a los niños con artículos que se alejan de la interacción, por ejemplo, de estos con la propia naturaleza, en el mayor de los casos.

La consecuencia que se transmite a las personas gracias a los elementos anteriores es la obsolescencia planificada, que no es más que el hartazgo que experimentan las personas al adquirir productos o artículos y el cansarse de ellos, no tanto porque no gusten de ellos o no les agraden, simplemente porque la innovación esta al orden del día, y creen que renovar es mejor que quedarte estancado con artículos aparentemente obsoletos. Esta consecuencia también se da en los pequeños de nuestro país, como con los pequeños de todo el mundo, ya que la recreación también se innova gracias a la tecnología, y como los niños son muy inocentes e inestables, el ver objetos de mayor sofisticación hace que su lamentablemente poca capacidad de asombro se altere y desee aquel objeto tan aparentemente lindo.

Como conclusión personal creo que el umbral critico se centra cuando la mentalidad ingenua, imaginativa e inocente de los pequeños se altera y desestabiliza con nuevas formas de recreación muchas veces desechables y poco aprovechables, ya que, retractándome un poco de lo que critico anteriormente, creo que la globalización no es tan mala, sino que es injusta, da mucho a todos, incluyendo a los niños, pero en ese aparente dar a manos llenas también quita algo a cada habitante del planeta, sea del país que sea, y a los niños en especifico, los hace más sedentarios y menos creativos, porque en sus productos ya traen casi todo incluido.

lunes, 8 de septiembre de 2008

REFLEXIÓN EN TORNO AL TEXTO “FILOSOFAR EN LATINOAMÉRICA” DE LEOPOLDO ZEA

Cualquier persona en la parte del globo terráqueo que se quiera pensar, tiene la capacidad de asombrarse de los fenómenos negativos que ocurren tanto en lo natural como en lo social (el acuñar el término negativo, es sólo de manera relativa, pues la naturaleza esta regida por ciclos que debe de cumplir, y si ésta no reacciona de manera habitual, es por los cambios que sufre como consecuencia de las actividades irracionales, por decir de alguna manera, llevadas a cabo por la sociedad, de la cual también yo soy parte, es justo aceptarlo) y a partir de esto, crear utopías e ideales que se llegan a descubrir, descifrar o develar en simples platicas coloquiales, escritos, o “importantes” tratados. Los que de alguna forma nos dedicamos a esto que llamamos filosofía, por imposición o decisión propia, tratamos de plasmar nuestras ideas y aparentes soluciones, y esto es lo que ha podido llevar a cabo Zea, y esto es algo que tiene un valor por sí mismo, pero como nada en esta vida es perfecto, obviamente en la filosofía también existen problemas que conllevan prejuicios, uno Zea lo detecta, el darnos cuenta que, al correr de generaciones, hemos llegado a entender que la filosofía no es universal, esto lo digo tal como se ha tratado, ya que es bien sabido que cada continente o país tiene sus propios problemas y aunado a eso, los países de primer mundo (tomando como referente claro nuestro territorio), en variadas y vastas ocasiones nos hacen llegar todavía más complicaciones. Si creemos que la filosofía es universal, aun peor es lo que muchas veces podemos llegar a pensar la gente inmiscuida en esta, “creemos saber que sabemos”, como algunas vez lo imprimió Schiacca, y que hace que los filósofos, si es que así se les puede llamar a algunos de muy dudosa procedencia, convivan en sociedades elitistas, inventando conceptos y creando tratados alejados de la cruel realidad. Zea, como cualquier habitante del llamado “tercer mundo”, culpa en demasía a la globalización de ser la culpable de todos nuestros problemas en Latinoamérica, en parte tiene razón, pero es una locura el proponer que nos deslindemos de todo lo que tenga que ver con nuestro pasado, porque, si es que, a cada momento, estamos peleando porque exista una diversidad tanto cultural, como racial, sexual, sin la influencia de otros países, nuestro país o continente no progresaría. Una forma de solucionar un poco mejor nuestra deleznable realidad es implementando en la educación el motivar a filosofar, no necesariamente sólo imponer historias de la filosofía, que si bien, sirven como apoyo, no alimentan la razón para el ejercicio del filosofar, esto se puede lograr tanto en los más pequeños, que serían lo central, hasta los jóvenes y adultos. El beneficio consistiría en que se ayudaría a las personas a entender su realidad, y las realidades aparentes, para poder tomar decisiones propias y así tener una sociedad más consciente, ya que, hay algo que no debemos nunca dejar de lado, comprender que, en conjunción con el aparente daño que nos causa la globalización, en un mayor grado, y siendo pertinentes en nuestras reflexiones, a sabiendas de la situación actual y concreta de nuestro país, el enemigo está en casa, llamémoslo política, narcotráfico, corrupción, o como quiera que se le llame.
Concluyendo, creo que, así lo diga Zea, Gaos, Caso, Reyes, o en nuestra realidad, Dussel, Villoro, o cualquier filósofo de nuestro país, tiene más certeza y verdad lo que pueda decir, opinar o reclamar, por ejemplo, Rosa “la que vende mangos”, porque, dada su condición precaria, ella si lo vive, siente, y lamentablemente, lo sufre.

jueves, 14 de agosto de 2008

Aquí huele a soledad...

"El fuerte es fuerte cuando está solo"
Adolf Hitler

En realidad no se que es lo que piensen los que lean esto, pero creo que nunca estamos completamente solos, aunque en variadas situaciones deseamos estarlo, por lo cual, hoy trataré de dar un espacio a alguien con quien he tenido una relación de algunos años ya, alrededor de ocho, con esto no quiero mitigar mi estima que tengo hacia otras personas, pero a ellos se los puedo demostrar. Ok, basta de sentimentalismos vanos y pasemos a lo importante... Su descripción tanto física como anímica no es tan complicada, ya que es un tipo delgado, serio, nunca demuestra nada con muecas, únicamente cuando se prende realmente comienza a interactuar conmigo, en realidad es bastante agradable, me ayuda a pensar, escarba mi inconsciente y lo hace depurarse, siendo honesto, podría decir que sostenemos diálogos bastante interesantes él y yo. Hace poco me dijeron que la distancia lo jode todo, puede que sea cierto, pero también por circunstancias a veces de carácter un tanto metafísico ocurre que entre más cercanía existe, persiste más alejamiento, por lo que creo que estar orgulloso de saber que él desde que lo conozco nunca se ha alejado de mí. Tiene una pareja, que si los llegas a unir te pueden hacer el rato más placentero, aunque he tratado de no frecuentar a su pareja, los resultados ulteriores de su visita me dejaban lleno de hartazgo... Sé que si lo conocen o lo llegaran a conocer a mi querido amigo, no sería del agrado de muchos, a sabiendas de que el exceso de su compañia me puede producir atrofias y problemas casi irreparables, pero partiendo de la poca honestidad que me puede llegar a quedar, hasta este momento, creo que me ha ayudado a existir...



miércoles, 13 de agosto de 2008

¿Dolores del mundo?, sólo son enajenaciones inconscientes...

Esta bien, empezaré por dar a entender el título de este pequeño escrito. Las personas que hayan leído algo de filosofía (que en realidad no me importa saber quienes lo han hecho, pero que agradezco que lean esto) sabrán que, dentro de los apartados del libro "El amor, las mujeres y la muerte" de Arthur Schopenhauer , existe uno con un título similar, sólo que sin la interrogación, pero no hablaré de Schopenhauer, ya que existen bibliotecas enteras que nos pueden dar referencia y conocimiento de su vida y obra.

Según yo, la vida no tiene una objetividad general, creo que vivimos en un mundo tan acelerado, que sólo nos da tiempo de preocuparnos por nosotros mismos y nuestro pequeño entorno. Dentro de toda esta subjetividad, los medios de comunicación nos ayudan a mantenernos al tanto de lo que pasa alrededor del mundo, pero, en realidad, ¿alguien sabe lo que pasa realmente en Corea Del Norte, Sudán, Irák, Venezuela, Colombia, Irán, México...? Yo no, y si algo sé es cualquier nimiedad, pero claro, como cualquier persona, hablo porque tengo boca, y puedo pensar y escribir...

¿A qué voy con todo esto? Posiblemente, ya hay quien escribió algo muy parecido , ya que no es nada nuevo, pero es importante a veces darse cuenta de la realidad, o parcialmente de la de cada uno, yo de la mía, cada quien se hace cargo de la suya y entender que hay realidades más atrayentes para con nuestro espacio que la que nos muestran los medios de comunicación, también es bueno recordar las palabras de Wittgenstein: "de lo que no puedo hablar, prefiero callar..." o las de una linda amiga, que ella sabe quien es, escritora y multitalentosa, al decirme que: "ella no podía escribir de algo que no sabía o conocía...", que es algo más honesto que, probablemente, alguna noticia sobre los hechos en el mundo. Creo que, la única forma de saber y entender lo que está pasando en estos lugares, sería escuchar a los propios habitantes de estas regiones, pero ¿alguien se anima para ir a buscarlos? Yo no, porque, asi como me encantaría entender las realidades aparentes en el mundo, también soy una persona un tanto extremista, y me negaría rotundamente a viajar a un lugar infestado de violencias... así soy. Creo que podría también ser terrorista islámico (con todo respeto para la religión y cultura islámica, que parece ser más honesta que muchas, ¿verdad, viejos con caireles...?), miento, soy un falso, y sólo lo sería en teoría...

martes, 12 de agosto de 2008

Reflexión sobre “Identidad Nacional y Globalización. La tercera vía” de Heinz Dieterich Steffan.

Partiendo de la supuesta necesidad del autor de encontrar las razones de 500 años de brutal sometimiento en esta nuestra América, por parte de los conquistadores europeos, el autor llega a unas conclusiones que todos los habitantes de este planeta, queriéndolas o no, sabemos, es decir: la subordinación de toda una forma de vida, en base a demagogias y a la suplantación de una nueva cultura, que si bien, no fue del todo benéfica, nos ha traído algunos beneficios como el caso de la globalización. La globalización es algo que, a manera de afección o afectación, nos ha tocado a cada uno de los seres humanos. Latinoamérica es un punto central dentro del neoliberalismo y la llamada tercera vía, que son doctrinas ideológicas que supuestamente se caracterizan por llevar la vida social desde un punto individual, en otras palabras, que la persona crea un mundo propio, de acuerdo a la actividad que está realizando para poder mejorarla cada día con el máximo esfuerzo, una especie de competencia continua entre la gente. No se oye tan mal si entendemos que nuestra vida es nuestra única gran pertenencia, y que cada uno de nosotros debe sobresalir por medios propios, ya que así hemos sido educados. Pero, para los que posiblemente no lo vean así, sabrán que casi ninguna filosofía ha podido construir un buen camino para la edificación de una armonía terrenal. Como opinión personal, solo la música ha podido llevar a momentos de armonía en nuestro tiempo, pues es un gusto que la mayor parte de los habitantes del mundo compartimos y, que muchas veces, en conjunto, nos hace felices. Ya lo dijo de manera muy acertada Beethoven: “La música es una revelación más alta que la filosofía”, o Nietzsche: “Sin la música, la vida sería un error”.
En México, después de la llegada de los españoles, nunca se ha escrito una historia que podamos constatar que es verdadera, pues, como en cualquier país, la historia la escriben los vencedores. Todas nuestras historias están cargadas de un cierto heroísmo patriótico, que se encarna en múltiples actores que “construyeron” nuestra nación, pero lo más vergonzoso del caso, es que, la mayoría de estos “actores” pasan a la categoría de “personajes” (como si estuviéramos hablando de una película) porque se duda que la mayoría de ellos haya existido.
Tomo como ejemplo un precepto del Nacional – Socialismo alemán, en el que se enuncia la razón de su racismo o racialismo, como ideología, y que reza de esta manera: “El racismo es la aspiración a la superación de nuestra raza. O sea que en primer lugar el racismo busca la conservación de nuestra raza y luego la superación de la misma.” Para que los que hicieran el favor de leer este pequeño artículo no se espanten, debo aclarar que lo tomé en base a su pertinencia de preservación de su raza, de su “gente”. Desde siempre, lo que mueve al mundo en general, y a nuestro país en particular, es la ambición, esta ambición de tener más poder o de querer ser respetado sin ninguna justificación de fondo. Se restringe el valor de la unidad nacional, para pasar al “devoramiento de los demás”, de manera maquiavélica. En este punto, ya no importan los mas de 70 años en el poder de un partido, ni la manera en cómo fue decretada nuestra independencia o la historia de una supuesta revolución, ni tampoco la aparente democracia que rige en nuestros días; pues ya no se entiende quien no se deja ayudar: ¿los funcionarios públicos de nuestro país, o nosotros los ciudadanos? Porque los políticos quieren renovar nuestra forma de vida agregando elementos de sistemas de poder arcaicos y mantener por los suelos nuestro acervo económico, cultural y social. Nosotros, que tergiversando nuestra condición, nos oponemos a todo lo que se propone, y a veces de manera muy radical llegando a la violencia; así que no se sabe quien esté peor: si nosotros o ellos. De esta manera, no se puede conservar nuestro nacionalismo del que tanto nos vanagloriamos porque, al fin y al cabo, “paisanos” somos todos, no solamente los que cruzan nuestras fronteras y que, en los últimos años, emigran a otros lugares no por condiciones de mejor vida, sino por ambiciosos ya que en cualquier lugar se puede obtener dinero. Sólo que hay que ser mordaz para obtenerlo a manos llenas, como lo dicta el famoso “sueño americano”.
Si este artículo no tiene una conclusión como tal puesto que nuestra forma de plantarnos en el mundo, y más concretamente, en nuestro país, deja mucho que desear. Así que, si no podemos salvar las relaciones de unos con otros, y seguimos pensando con el mismo supuesto odio, tal vez podríamos, de manera individual, preservar la tierra, ésta que es nuestra única protección y que es nuestro deber cuidar y querer, ya que es el hogar de nuestros niños y de todos los animales del planeta, porque, es bueno recordar que, los niños y los animales no tienen la culpa de lo que pasa en el mundo.
“¡No la luna, la tierra! Descubrir la tierra, rescatar la tierra, purificar la atmósfera, rescatar la tierra de manos de Caín para entregarla a los hijos de la tierra… ¡Un nuevo lenguaje, la palabra autentica, la que todavía no ha sido pronunciada, la única, la nuestra, la del nuevo hombre!1

Referencia: HEINZ DIETERICH, S. HEINZ, Identidad nacional y globalización: la tercera vía: crisis en las ciencias sociales: ensayos, México, Editorial Nuestro Tiempo, 2000.
1 FRANCO, L. GUSTAVO, Casa sin Puerta, 32.

Artículo publicado en suplemento "Entérate". Periódico "El Comentario" U.de.C

La diversión, las pasiones y la felicidad: cuestiones sin definición, pero inmersas en mi vida.

“Si la felicidad es tan rara, es porque sólo se alcanza después de la vejez, en la senilidad, favor reservado a muy pocos mortales.” E. Cioran

Lo maravilloso del mundo, es la gran cantidad de diferencias que existen, así, puedo pensar en algunas que son importantes en mi vida, tales como: sentirte y estar bien, extrañar y necesitar, la tolerancia y el respeto (la primera, a mi juicio no existe), la razón y el sentimiento, y por supuesto, la diferencia entre la diversión, las pasiones y la felicidad. La diversión es transitoria, en sentido de que se manifiesta como la antesala de las pasiones. Por ejemplo, a mi, me divierte el escuchar música, pero mi pasión es crearla, con el apoyo de mis “amigos musicales”. La lectura es otro de mis divertimentos, pero mi verdadera pasión es la escritura, que no se compara a lo que creo que Henry Miller sentía, porque, si uno de sus divertimentos era la escritura, su pasión era contar su vida, a través de novelas, vida que estaba plagada de putas, sexo, coños, y trabajos mal pagados, es decir, amable lector, una vida bastante ligera.

Yo no puedo hablar de “la vida”, ni de “tu vida”, yo puedo hablar de “mi vida”, porque, gracias a ésta, existo, por lo cual, sé que mi vida no puede tener una síntesis, porque tener una síntesis o definir lo que quiero en ésta, es abstraer, y abstraer es limitar. Claro está que mis pasiones me conducen a la felicidad, pero sólo por momentos, ¡afortunadamente!, y lo expreso de esta manera, no por pesimismo, sino, porque soy humano, y gracias a este gran dote que tengo, puedo llorar, reír, soñar, creer, escuchar, pensar, amar, odiar, extrañar, necesitar, admirar, perder, ganar, y no todas estas cualidades o virtudes, están relacionadas con la felicidad. Así es, mi amable lector, no quiero limitar mi vida a sólo buscar la felicidad, porque perdería la capacidad de existir, mi vida me exige vivir al máximo y nunca perder la capacidad de asombrarme, porque si la pierdo, en ese momento seria mejor no vivir. Para concluir te daré un consejo amable lector, en base al pensamiento de Martin Heidegger; para él, la obra de arte “levanta un mundo”, y para mí, mi obra de arte es mi vida, y está levantando el mundo que yo quiero, pero este mundo no lo limito, que crezca, ya que la única forma de síntesis que puedo tener en la vida, y que es segura amable lector, es la muerte, y sinceramente, ¡yo no me quiero morir! Ojala que también tú amable lector levantes un mundo con tu obra de arte, con tu vida, pero, si lo deseas, nunca le des una forma definida.

Artículo escrito para la naciente revista "Rehilete".